Extraversión y el síndrome de la azafata
Por Marcelo Vázquez Avila
En virtud de
los cambios que se estaban dando en la cultura de la empresa en la que trabaja,
no quedaba duda alguna de que el jefe de José Antonio necesitaba de sus dones
naturales como creativo y visionario, y desde
luego experto en planificación innovadora. Por lo tanto, el desafío inicial era
emocionante. Sin embargo, en pocos meses, José Antonio comenzó a darse cuenta
de que la forma en que funcionaba la organización requería que él “vendiera”
sus ideas para lograr el apoyo político y por lo tanto el dinero y la aprobación.
Además, esta “venta” se daba generalmente en reuniones donde había mucha
presión con varias jefazos presentes. Si bien José hizo todo lo que parecía
estar aa su alcance, el contexto crónicamente extravertido en el que se veía forzado a trabajar hizo que le
resultara difícil lograr el éxito. Por otra parte, la presión por desempeñarse
como un extravertido en su trabajo,
diariamente comenzó a repercutir en su salud a través de la ansiedad crónica
que desarrolló mientras intentaba hacer frente a la situación.
La solución que encontró José Antonio fue contratar a
un coach y reestructurar la situación. Al reunirse con cada una de las personas
clave responsables de tomar decisiones antes de iniciar cada una de las
reuniones, logró hacer la “venta”
requerida en un contexto más protegido y de volumen más bajo. Por otro lado, al
identificar la preferencia de cada actor clave, José Antonio pudo hacer una
“presentación de ventas” adaptada a las necesidades de cada individuo. El
resultado es que él pudo lograr cada vez mayores éxitos mientras reducía la
ansiedad crónica que había estado experimentando. El problema era que al ser introvertido, necesitaba un nivel de
estimulación mucho más bajo a su alrededor para ser efectivo. El puesto
requería un buen grado de creatividad, capacidad de la que no se dudaba y,
desde luego, extraversión para “vender” las ideas a la alta gerencia, allí es
donde supo llevar las conversaciones a su terreno introvertido. El cara a cara era su fuerte y no la alta exposición
de una sala de reuniones extrovertida
y competitiva.
Muchas personas, se sienten
dejadas de lado por su introversión y llegan a sufrir un agudo dolor psíquico por ello. Y no
sólo eso, sino que hasta diseñamos lugares de trabajo pensando sólo en los extrovertidos y desaprovechamos lamentablemente
el talento de los introvertidos.
Los malentendidos más comunes cuando se describe a los
introvertidos
Cuando menciono la palabra “introvertido”,
la mayoría asume que me refiero a alguien sin habilidades sociales, cuando lo cierto es que están por todos
lados, ya que conforman entre un tercio y la mitad de la población mundial.
Además, la mayor parte de las personas introvertidas jamás dirías que lo son, ya que no actúan en
el trabajo, según sus parámetros, con frecuencia por temor a lo que pensarán
sus jefes. Otra equivocación es
creer que los introvertidos no pueden ser excelentes líderes cuando,
de hecho, ellos, con su conciencia
reflexiva, son expertos en mantener a las personas o a una cultura consciente y
conectada con sus valores centrales o principales. Así lideran
Hoy en día, las redes
sociales son una herramienta útil para los introvertidos, una suerte de
plataforma cómoda al facilitarles el conectar con muchas personas sin salir de
casa o de la oficina. Lo cierto es que, sin dejar de procurar obviamente que se
relacionen con sus compañeros, se les
debería respetar tal cual son y no forzar su sociabilidad.
Empatía e
introversión
La empatía y la
colaboración son importantes, pero no sabemos exactamente qué queremos decir
con ello. Asumimos que el niño gregario es también sociable, lo que no es
necesariamente cierto. El extrovertido es alguien que requiere muchos
estímulos, por lo que se siente atraído por los grupos numerosos, a los que
acude en busca de acción, no porque sea empático por naturaleza. El introvertido puede sufrir al ser visto
como un antisocial, no siéndolo, cuando puede ser afectuoso, participativo y
tener un gran corazón.
No es un tema de género
De acuerdo con los
estudios, el ser varón o mujer no tiene la menor incidencia, está repartido en
un 50%/50%. Sí es verdad que hombres y mujeres no experimentan su introversión
de la misma manera dadas las expectativas que activan los estereotipos
culturales. Para ellos, la
dificultad es que se espera que sean dominantes, algo con lo que
los introvertidos no podrían sentirse más incómodos. Con las mujeres, al presuponerse
que son dulces y cálidas, se confía en
que actúen con cordialidad y que hagan que todos se sientan bien, el
síndrome de la azafata.
La cultura de los negocios
Mucho influye nuestra
fijación con hacer dinero a toda costa y vendernos a nosotros mismos, que es el
terreno natural del extrovertido. Nuestra cultura valora menos las
cualidades interiores al no estar ligadas directamente con el enriquecimiento. A
principios del siglo XX, momento en que los grandes negocios y el cine entraron
en escena, el carácter (recursos interiores) como valor supremo que definía al individuo
se vio barrido por la personalidad (recursos exteriores). Hacer de los
glamurosos actores de Hollywood y de los triunfadores en los negocios los
emblemas de la sociedad la ha ido transformando.
Las aptitudes que pueden aportar los introvertidos
Los extrovertidos tienden a
poseer cualidades como carpe diem, o que no te paralicen los riesgos… que
pueden ser muy positivas y que se autoexplican en el porqué los valoremos
tanto. El problema surge cuando no
atendemos en igual medida las cualidades de los introvertidos, los que dicen “bueno,
un momento, vamos a mirar todos los ángulos, tomémonos nuestro tiempo, no nos
precipitemos…”. Necesitamos desesperadamente ambos modelos, no
es que uno sea mejor que otro, es que uno ha sido sobreestimado en detrimento
del otro.
El yin y el
yang
Su
funcionamiento simultáneo es imprescindible, por eso regreso una y otra vez a la analogía con lo masculino y
lo femenino. La humanidad parece diseñada para acoger por igual a los
introvertidos y los extrovertidos. Basta con observar la enorme diversidad en
el reino animal o vegetal, las hay de uno y otro tipo. Ambos desarrollan
estrategias de supervivencia diferentes que, dependiendo del entorno, son más o
menos efectivas.
¿Cómo suele irles a parejas mixtas?
Por lo general, funcionan,
pues del otro les atrae lo que no tienen y lo emplean para complementarse. Uno
de los fundamentos del amor radica en idealizar a tu pareja, y es más sencillo
con alguien que reúne cualidades de las que tú careces. La desventaja es que
hay muchos puntos de conflicto, tienen maneras muy opuestas de mirar el mundo.
Uno de los obstáculos más frecuentes es cómo gestionar la vida social: si, el
viernes por la noche, se sale con amigos o se quedan en casa. En el caso de una
pareja de extrovertidos, el riesgo más acusado es que viven tan volcados en la
vida social que se desatienden el uno al otro y no llegan a conocerse de
verdad.
La introversión está en la naturaleza misma del
individuo
Me
siento cómodo definiendo la introversión en la línea de la Doctora K. Benziger,
como la forma en que uno responde a los estímulos, es decir, si uno se siente
más vigorizado rodeado de tranquilidad o de bullicio. Estoy
convencido de que esta preferencia jamás se altera. Uno no deja de ser introvertido,
aunque a través del aprendizaje pueda ganar aptitudes sociales. Enfrentado a
una situación que antes les habría resultado embarazosa, ahora la tiene bajo
control. Su necesidad de soledad o de estimulación no varía, aunque se sienta a
gusto en un acto social.
Famosos
introvertidos
Si te fuerzas en exceso,
acabas mental y emocionalmente exhausto, no somos conscientes de la cantidad de
energía que un introvertido consume durante el rato en que actúa como un
extrovertido. Los que están en trabajos que les obligan a mucha actividad
social han de buscar refugios de introspección. Figuras como Albert Einstein, Charles Darwin o
Vincent Van Gogh pertenecían a ese club. El primero atribuía además sus
capacidades a la constancia y tiene esa frase estupenda:
“No es
que sea más listo, es que me quedo con los problemas más tiempo”
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